Desde pequeña tenía más claro que quería ser mamá a que me quería a casar; hoy tengo claro que quiero más hijos (ojala 3) y que quiero ser parte activa de su desarrollo.

Sin embargo cuando todo me indicaba que era el momento de ser mamá por primera vez, me morí del pánico. Es más, tuve que trabajar en mí misma, antes de lanzarme al ruedo.

Entre el pánico y el querer ser madre se me vinieron muchas cosas a la cabeza:

¿Económicamente estamos listos? ¿Si será verdad que los hijos vienen con el pan debajo del brazo?

Con este mundo como está, ¿Si es sano traer un niño más?

¿Si seré buena mamá?

¿Qué va a pasar con mi cuerpo, mi relación de pareja y mis amigas?

Yo soy muy independiente, quiero viajar, vivir cosas nuevas…

Y de pronto leía y escuchaba cosas como estas:

Los niños de ahora hacen lo que les de la gana

Mira ese muchachito que no se queda quieto un minuto

Traer un niño al mundo es una responsabilidad muy grande

Un hijo te cambia la vida: no vuelves a comer caliente, todo es un desorden, ya no tienes tiempo para ti.

Me atrevo a decir, que sí esperamos a que todas esas preguntas estén resueltas, nunca tendríamos hijos; que la mayoría de miedos son culturales y no tanto reales y que me cansé de escuchar que la maternidad y este mundo son un caos.

        

Y no sé si todas las personas que hoy no quieren tener hijos, también se han asustado con todo esto, pero me gustaría contarles mi experiencia.

¡Claro!! hoy que ya lo estoy viviendo se que no es fácil, pero también sé que tampoco es tan difícil, sé que no todo es color de rosa, que claro que quisiéramos un mundo y una realidad diferente, pero también me pregunto: ¿Qué estamos haciendo para que esa realidad cambié y sea diferente?

¿Cambiar los hijos por perros o gatos, que igualmente se están saliendo del control de los amos? Cabe aclarar que quiero a los animales y que no estoy en contra de ellos, pero no estoy de acuerdo en que esa sea la solución para aportar al planeta, para huir de lo que realmente somos: mamíferos con todas las capacidades de levantar crías.

Nosotros ya no vamos a cambiar el gobierno, ya no vamos a cambiar la realidad vivida, pues eso significaría que todos tuviéramos que desaprender y volver a empezar. Y es ahí en donde entiendo la frase cliché: “Los niños son el futuro”.

Estoy segura de que los niños son la estrategia para cambiar el mundo; pero solo los niños que tienen padres con ansias de ser parte del cambio, padres presentes, padres consientes de lo que realmente significa traer al mundo a un ser humano.

Y eso no se llama perfección, a eso se le llama decisión.

Y decisión no significa tener hijos por tener o por el otro lado, dejar de trabajar y cambiarlo todo para ser padres; pero sí significa ser responsables y por eso, es muy importante saber, si estamos realmente listos para traer un hijo al mundo, para asumir esa maravillosa misión que nos traerá experiencias inigualables.

Yo por mi parte decidí hacer las cosas diferentes: decidí reorganizarme y reinventarme; siempre como al mismo tiempo que Paulina, las 2 comemos caliente y disfrutamos de la hora de la comida; ella explora, ensucia y yo como y la acompaño.

Las rutinas son parte fundamental de nuestro día a día y eso nos ha facilitado las cosas. Tengo una empresa por la cual trabajar todos los días y a la cual no estoy dispuesta a renunciar. Me apoyo de mi esposo y los abuelos, para tener tiempo para mí, voy al gimnasio antes de que ella se despierte en la mañana y así descanso, estoy más disponible, con mejor ánimo y actitud para estar con ella.

También he querido aprender más y por eso estoy en una constante búsqueda de información que me permita entender sus comportamientos y al mismo tiempo evaluar los míos.

No sé si es cuestión de suerte, o si ustedes dirán: pero es que solo tiene una hija, pero esa es mi realidad y trabajo todos los días para vivir la maternidad diferente. No puedo negar que hay días en que quisiera salir corriendo, que hay días en los que salgo a trabajar y siento un alivio, pero considero que es parte natural de cualquier proceso, en donde todos los días aprendes, descubres y te redescubres.

        

Yo no quiero juzgar a quienes no quieres ser padres, es más, los respeto y admiro; pero no voy con modas, pensamientos egoístas y el facilismo que muchas veces niegan la posibilidad de generar un verdadero cambio.

Hoy, después 3 años de ser madre, concluyo que, para estar listos, tenemos que estar dispuestos a dar mucho amor, y en este caso amor no significa sólo caricias y palabras bonitas.  Amor significa RESPETO, PACIENCIA Y TIEMPO DE CALIDAD; amor significa LÍMITES, EJEMPLO Y ACOMPAÑAMIENTO INCONDICIONAL.